Hoy voy a escribir con signos de puntuación y acentos.
Estoy feliz.
No, encerio.
Creo que este no es un simulacro de felicidad. Y quiero decirle personalmente a Anton Chejov que es MENTIRA que la felicidad es inalcanzable y que solo es un sueño incumplible. Que solo nos llega de a periodos muy cortos que al final no resultan ser tan felices como parecían.
Todo esto es MENTIRA.
La felicidad es posible. Solo que puede no llegarnos por donde mas la esperamos.
La verdad es que hay pocos momentos en los que una se siente tan querida como en su cumpleaños. Y es la verdad. Me senti muy querida y muy en mi lugar, ¿entienden a lo q me refiero? No, claro que no. No me senti colada, ni incómoda. Me senti como si realmente perteneciera a ese entorno. A esa gente.
Aunque sufrí bastante en los ultimos tiempos por cosas que en realidad no valen ni dos pesos, ahora puedo decirte "Metete un palo por el orto y hacé palanca".
Una de las cosas que me hubieran hecho un poco mas feliz el lunes hubiera sido mandarte a la mierda. Pero no lo hize, porque nada, y repito, NADA me iba a arruinar ese día. Ni si quiera que el teléfono de hamburguesa no andara o que el que hiciera de Felipe en La Parka fuera el reemplazo.
El verdadero Felipe estaba sentado atrás mío.
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